Para empezar diremos algo muy obvio, los hamsters son roedores, y al contrario que en los lagomorfos (conejos) sus molares no crecen de manera continuada. Esta pequeña diferencia nos evitará problemas importantes, ya que solamente tendremos que vigilar sus incisivos, que si tienen un crecimiento continuo a lo largo de su vida.
Desde el punto de vista de la alimentación son omnivoros, esto es, que ingieren una gran variedad de alimentos, aunque prevalecen los de origen vegetal.
Es muy importante que los mantengamos en un ambiente limpio y sin posibilidad de escapes accidentales. Debemos tener en cuenta que son animales de pequeño tamaño y que pueden escalar facilmente. Ambas características les hacen perfectos para las fugas.
El acceso a una fuente fresca de agua también es vital.
Un pequeño apunte que parece muy lógico pero que no queremos dejar pasar por alto, NO debemos juntar machos con hembras si no queremos tener una jauría de hamsters en muy poco tiempo. Tener en cuenta que maduran sexualmente muy pronto y son muy prolíficos.
Desde pequeños deberíamos acostumbrarlos a revisar la boca ( dientes y abazones), los ojos, las orejas y en general la piel, ya que son bastante frecuentes la aparición de bultos, unos de etiología infecciosa (abscesos) y otros tumorales.
Por desgracia la vida media de estas pequeñas mascotas es muy corta en relación al resto de animales de compañía. Intentemos que al menos sea lo más placentera posible.
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